
Es muy probable que los enjambres de drones asesinos sean una característica común en los campos de batalla en todo el mundo en un futuro cercano. Esto ha iniciado el debate sobre la regulación de su uso y ha generado preocupaciones sobre la posibilidad de que las decisiones sobre vidas o muertes sean transferidas a programas de inteligencia artificial (IA). Aquí, presentamos un resumen sobre la evolución de la tecnología, los tipos de armas que se están desarrollando y cómo ha progresado el debate.
¿Qué tan novedosas son estas armas?
Con el tiempo, es probable que la IA permita que los sistemas de armas tomen decisiones sobre la selección de objetivos y ataques. Los avances recientes en la tecnología de IA han intensificado el debate sobre estos sistemas, conocidos como armas letales autónomas. Pero en cierto modo, las armas autónomas no son nada nuevo. Las minas terrestres, utilizadas ya en el siglo XIX, funcionan sin intervención humana y sin distinguir entre objetivos previstos y víctimas no deseadas.
El Pentágono comenzó a expandir las armas automáticas en la década de 1970. Un arma conocida como mina antisubmarina CAPTOR fue una de las primeras en implementar este concepto. Posteriormente, se utilizaron municiones autoguiadas para “disparar y olvidar”, como el misil aire-aire avanzado de mediano alcance AIM-120 y los misiles antibuque Harpoon.
La guerra en Ucrania ha puesto de relieve el uso de municiones merodeadoras, un tipo de armamento automatizado. Estas municiones buscan sistemas de radar enemigos y pueden atacarlos de forma autónoma. Hoy, existe la tecnología para hacer que estas municiones sean completamente autónomas.
El Pentágono está trabajando actualmente en la construcción de enjambres de drones. Se espera que el resultado final sea una red de cientos o incluso miles de drones autónomos con inteligencia artificial mejorada. Estos drones se utilizarían para destruir o degradar la red de sistemas de misiles antibuque y antiaéreos de China.
Finalmente, existe una preocupación generalizada dentro de las Naciones Unidas sobre los riesgos de los nuevos sistemas de armas. Mientras que algunas armas han tenido cierto grado de autonomía desde hace mucho tiempo, la nueva generación es fundamentalmente diferente. La tecnología es cada vez más real y está cambiando el paisaje de la guerra moderna.